BUENOS DÍAS, AMIGOS. HOY PUBLICAMOS UN INTERESANTE COMENTARIO DEL DR. RAÚL VELA SOSA SOBRE LA INOLVIDABLE "SIDRA PINO", LEÍDO DURANTE LA PRESENTACIÓN DE MI LIBRO DEDICADO AL BARRIO DE SANTIAGO.
25 de Octubre de 2016
Comento un tercer hecho.
Ahora me referiré a ese otro gran símbolo del barrio que es la Sidra Pino. Compañía productora y embotelladora yucateca de un sabrosísimo refresco de sabores que desde su fundación denominó a su primer producto como “sidra”, cuyo sabor especial y más demandado era la “Negra”.
Sólo en Yucatán hay un sabor que tenía nombre de color. Cuando alguien pedía: “deme una pino” y se le interrogaba: “¿qué sabor?”, la persona respondía: “Negra”.
Las malas interpretaciones se presentaban cuando un turista escuchaba que un paisano llegaba a un establecimiento y decía: “quiero una negra”.
Y el siempre recordado “Soldado de Chocolate”, delicia para todos, desde niños hasta personas mayores.
Nacimos y crecimos con el sabor, el olor y la imagen de la Sidra Pino.
Hace poco más de un par de años, en que tuve el honor de ocupar una responsabilidad cultural pública importante, tuve la oportunidad de conocer un proyecto teatral que tenía en el centro el tema de la embotelladora santiaguera, se llama “Sidra Pino: Vestigios de una serie” de la autoría del Grupo Murmurante Teatro.
Decidí apoyar su gestión para financiar el proyecto porque en verdad me pareció valioso, con cierto temor de que me estuviera influenciando la nostalgia queriéndola convertir en alegría, palabras clave en el título del libro que hoy nos reúne. No faltaron las voces de los opinadores todólogos que decían: “la Sidra Pino ya no existe, para qué se apoya ese proyecto”. Mi decisión se sostuvo y apoyamos el proyecto.
Un medio día tuvimos una inolvidable sesión cultural en el local del Sindicato de Trabajadores de la embotelladora, en momentos en que luchaban de manera justa y legítima por la resolución de su problema laboral que ya se había prolongado demasiado.
Ariadna Medina y Juan de Dios Rath de “Murmurante Teatro”, Luis y Linda Pino Cardeña, fueron los protagonistas de esa experiencia, y mi amigo Luis Pino, llevó una nevera con Sidra Pino Negra, en envases de plástico, elaborados con la fórmula original familiar.
Desde que destapó la primera botella, sentí el aroma de la Sidra, el aroma de Santiago, y luego, después de muchos años volví a sentir ese sabor de la Sidra, sabor a Santiago. Una especial satisfacción que nunca olvidaré. Mi afecto a toda la familia Pino.
Tiempo después, ya en otras responsabilidades me enteré por los medios de comunicación que la obra de teatro había sido invitada para presentarse en la capital de la República en un evento del Instituto Nacional de Bellas Artes y más tarde supe que se le había seleccionado para presentarse en Europa.
No me había equivocado, que la nostalgia y la alegría me habían influenciado, sí, pero lo que los opinadores no habían entendido es que Sidra Pino es más que una marca, es más que un refresco, detrás de esos productos comerciales, hay una familia, una tradición, una historia, una cultura, un barrio.
Sidra Pino es sinónimo de Santiago. Y eso hay que entenderlo en toda su dimensión social, como un valor con historia y trascendencia. (CONCLUIRÁ MAÑANA)
FOTOS: EL DR.VELA SOSA Y LA INOLVIDABLE SIDRA PINO
ASPECTO DE LA CONCURRENCIA